domingo, 4 de marzo de 2018

Ese ángel llamado Ryan...

La historia de hoy me genera mucha ternura y rabia a partes iguales. Ternura porque aunque no conozco personalmente a la mamá que la escribe he tenido el placer de conocerla a través de instagram, una mamá de la que he sentido su dolor y he entendido perfectamente y que se encuentra en pleno proceso de duelo. Sé que avanzará y sé que hay un bebé arcoíris para ella y su pareja y que vendrá para que Ryan tenga un hermanito o hermanita en la tierra. Rabia porque es otra de las historias que creo tiene errores médicos detrás, errores que se pasaron por alto y a lo mejor, sólo a lo mejor podrían haber cambiado el resultado final. Por eso me parece muy importante esta iniciativa de change.org y os dejo el enlace aquí para que votéis con el fin de que se empiece a establecer un protocolo claro y uniforme para los casos de muerte gestacional.


En un embarazo te piensas que si un día algo va bien, al siguiente seguirá así pero me equivoqué y comprobé como todo puede cambiar en cuestión de segundos...
Me enteré que estaba embarazada el 8 de Junio de 2017, de 8 semanas, con la certeza de mi ginecóloga de que yo no estaba embarazada y mi duda porque había tenido manchado y lo confundí en ese momento con mi periodo. Que alegría cuando me hice un test y me dio positivo... pero por supuesto también miedo mezclado con ilusión. Probablemente todas las que habéis querido ser madres entendéis estas emociones al ver el positivo tan ansiado.
A las 9 semanas me levanté con un sangrado abundante así que me fui a urgencias temiéndome lo peor pero no, ahí estaba mi pequeño bebé, mi saltarín inquieto y moviéndose sin parar.
Después de eso tuve un embarazo casi perfecto, tranquilo, sin síntomas y con un bebé dentro de mí perfectamente sano. En la semana 20, ecografia morfológica nos dicen que es un niño, Ryan.
A las 30 semanas para mí comenzó la cuenta atrás, terminar de comprar cosas, ¡hasta pañales tenía! que ganas de conocer su carita, de tocarle, de abrazarle...pero en la semana 33+1 tuvimos que acudir a urgencias porque tenía dolores y como primeriza no sabía bien lo que podía ser. Mientras esperaba me pusieron los monitores... mi bebé hacía bajadas de pulsaciones, de 150/160 lo normal, a 30/40 y aunque avisé me dijeron que no era nada, que estaba todo normal. Yo no soy médico pero como madre notaba que algo no estaba bien, cuando hacía esas bajadas Ryan no se movía, no tenía que ver con el movimiento, estaba preocupada pero no me hacían caso. Yo había leído que cuando las pulsaciones tenía esos bajones tan drásticos se debía a que existía sufrimiento fetal no ha movimiento. Me hicieron ecografía y todo estaba bien, todo normal, placenta y líquido bien, posición cefálica y una ligera infección de orina que no tenía mayor importancia. Medicación y a casa.
Volvimos a casa, y sobre las 23.00 noté tres patadas seguidas en seco de Ryan y yo en mi inocencia pensaba que era él, simplemente haciéndose notar, y de hecho, de madrugada lo sentí nuevamente.

A la mañana siguiente, a las 7.30 me desperté sin sus movimientos matutinos, parecía que siempre me daba los buenos días pero esta vez no fue así. Asustada me puse el doppler casero y no escuche nada. Intenté tranquilizarme y tomé algo de dulce pero tampoco conseguí escuchar latido o notar algún movimiento. Aunque estaba nerviosa quise creer que en un embarazo tan avanzado podía ser normal, creo que fue una especie de mecanismo de defensa; pero como es lógico decidí acudir a urgencias y que me explorasen.
En la matrona lo intentaron igual que yo, doppler y azúcar y no se escuchaba nada. En ese momento ya empecé a ponerme más nerviosa, una vez podía ser normal, pero tres...ya era demasiado preocupante. Me hicieron ecografía urgente y las caras de las ginecólogas lo decían todo...Todo lo feliz que era, todas esas imagenes que tenía en mente junto a mi pequeño... se esfumaron de golpe cuando me dieron la noticia; no había latido, se había parado. Aún con mi inocencia pensé que lo siguiente sería fácil pero no... me tocaba pasar por un parto normal, ¿sabéis lo que duele un parto verdad? pues imaginad ese dolor pero sin tener la recompensa final de tener a tu bebé en brazos después.9 horas de contracciones sin descanso y mucho dolor. A las 00.25 del 30/11/2017 nació mi ángel, Ryan y me convertí en mamá en el cielo. Mi recompensa fue verle su carita y esa preciosidad que había llevado conmigo durante 8 meses. La causa del fallecimiento...asfixia por nudos en el cordón umbilical alrededor de las 8 de la mañana...

Su corazón sigue latiendo junto al mío que late por los dos. Mi niño, recuerda siempre lo que te susurre, te quiero y te amo. Y siempre, siempre seremos uno.
Itziar, mama de Ryan (@mamaderyan)
Si tú también quieres contar tu historia y que la publique puedes escribirme a miarcoirisguerrero@gmail.com y para continuar con nuestra historia puedes seguirme en mi instagram: @mi_arcoiris_guerrero


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