miércoles, 21 de marzo de 2018

La inteligencia emocional...¿pero no había sólo una inteligencia?


Hoy para nuestra sección de psicología os traigo una entrevista muy interesante que le he realizado al equipo de Balanceo, una empresa que se dedica a trabajar con colegios y padres para mejorar la educación emocional de los más pequeños (mejorando a su vez la de los adultos) y enseñando a las familias técnicas de disciplina positiva para instaurarlas en el día a día.
El proyecto sale de la cabeza de Gloria cuando estando trabajando de profesora de secundaria se dio cuenta que necesitaba ampliar formación en otras áreas para ser mejor profesora, y como apasionada de la psicología fue instruyéndose en distintas disciplinas: coaching, programación neurolingüistíca, comunicación no violenta, disciplina positiva e inteligencia emocional. Agradezco su participación en este espacio y si tú crees que tienes algo interesante que contar y te gustaría que te hiciese una entrevista escríbeme a miarcoirisguerrero@gmail.com o sígueme por instagram (@mi_arcoiris_guerrero):

Cuéntanos un poco, ¿cómo crees que es la educación que se da actualmente a los niños y niñas de nuestro país?

No sé si hay algo uniforme porque cada familia y cada niño es único. Hemos avanzado un poco en temas de empatía y comprensión a los niños, las familias son más sensibles a esto, pero sigo viendo muy arraigado el tema de los premios, las etiquetas (niños buenos, niños malos)... Veo como extremos que a veces se dan incluso en la misma familia: de muy restrictivo a muy permisivo en dos minutos. 

¿Qué destacarías en positivo de esta crianza generalizada? ¿y en negativo?

Como dije, creo que ahora los padres se informan más, leen, consultan artículos... Pero al final nos hacemos un poco de lío intentando seguir a todas las corrientes. Creo que lo más negativo de la crianza hoy día es que no hay algo estable, se basa en nuestros estados de ánimo a veces muy dañados por el día a día tan loco que tenemos. 

¿Cómo crees tú que sería la crianza ideal?

No sé si existe un ideal. Lo que vale para una familia no vale para otra porque somos muy diferentes. Además, la crianza abarca alimentación, educación, psicología... Lo que sí creo que podríamos aplicar todos los padres y madres es la consciencia. Estar atentos a las necesidades de nuestros hijos y a las nuestras para poder ser mejores. 

Hablas mucho de las emociones en tus respuestas y lo que vemos en tu instagram, ¿qué papel crees que juegan las emociones en el estilo de crianza a día de hoy?

Estamos empezando a darnos cuenta de que existen y hay que tenerlas en cuenta, pero no nos han educado en esa línea y se nos olvida preguntarnos qué sienten los niños. Enseguida pensamos que nos manipulan, nos lían, solo quieren llamar la atención... Y nos entra el miedo volviendo a patrones antiguos. 

¿Qué pautas o consejos podrías darle a los padres que nos estén leyendo para fomentar la inteligencia emocional en el entorno familiar?

En realidad es tan fácil y tan difícil como ser conscientes de nuestras emociones y no reprimirlas, tampoco las de los niños. El enfado, la tristeza, los celos... están mal vistos y no dejamos que afloren. Hablar de esas emociones, validarlas, explicarlas... Sería el principio. 


Enlazando con este tema, desde mi visión profesional he visto que la mala gestión de las emociones por parte de los niños, o la represión de las mismas genera más agresividad y rabietas en los pequeños, ¿qué opinas de esto, por qué crees que se dan las famosas rabietas?

Las rabietas, y no es mi opinión sino lo que nos dice la ciencia, ocurren porque la parte racional y la parte emocional del cerebro no son capaces de comunicarse y la parte emocional se adueña de la otra. Por otro lado, el niño cuando se siente agredido, saca su lado animal que sólo quiere sobrevivir y no es capaz de planificar u ordenar. Los padres debemos ayudarles a desarrollar esa parte más racional del cerebro. 

¿Algún consejo que puedas aportar a los padres para manejar estas rabietas?

Lo primero, no tomarlo como algo personal. Validar cada emoción aunque sea desagradable, empatizar y hacer ver al niño que estamos ahí y que le ayudaremos cuando esté calmado, acompañarle siempre nunca ignorarle y no querer hacer que la rabieta desaparezca como por magia, porque como vimos antes es un proceso normal del desarrollo del niño. 

Para terminar, cuéntanos un poquito cuales son los proyectos que tú llevas a cabo actualmente en tu centro y qué novedades tenéis preparadas desde el Equipo Balanceo

Ahora mismo vamos a colaborar con un espacio de psicomotricidad en Madrid para hacer un grupo de apoyo a la crianza para familias con bebés. Allí creamos una red, resolvemos dudas acerca de los problemas de crianza (sueño infantil, alimentación, disciplina, lactancia...). Así que invito a todas las familias a apuntarse los miércoles por la mañana a nuestro grupo y no pasar la crianza tan solos. 
 Además, seguimos con las asesorías online y vía WhatsApp ayudando con las dudas de los padres y madres que nos necesiten. 
 En septiembre habrá nuevos proyectos, seguramente, ya que yo estaré más libre con mis peques en la escuela. 


Muy interesante la entrevista de Gloria, del equipo Balanceo (podéis ver más de su trabajo aquí) sobre todo por la importancia que se le da a las emociones en su trabajo. Personal y profesionalmente veo algo fundamental en el día a día el saber gestionar las emociones correctamente, muchas depresiones o ansiedades de adultos vienen por la constante represión de éstas durante mucho tiempo y sobre todo porque en nuestra infancia no se nos ha educado correctamente en el manejo de las mismas. La represión emocional genera un gasto mayor de energía y múltiples enfermedades físicas por lo que a la larga queda bastante claro que no compensa. Todo esto cobra mayor importancia cuando vemos en consulta niños con niveles de estrés igual de altos que los de una persona adulta o con arranques de ira excesivos. Es cierto que hay niños que utilizan las rabietas, los insultos… como medio de llamar la atención pero son tan sólo conductas aprendidas, “sé que si hago esto, obtendré esto otro”, el origen de la misma sucedió por un conflicto emocional, unas emociones excesivas que se han desbordado en un cuerpo tan pequeño, pero fundamental, reconocer todas ellas. Siempre explico, tanto con niños como con adultos que no hay emociones malas, sino emociones desadaptativas (que pueden ser de las que denominamos buenas y de las que denominamos malas). Un ejemplo: si yo estoy muy contento, excesivamente contento hasta el punto de ser irracional, será una emoción que inicialmente he catalogado como buena (estar contento es agradable, es algo que nos gusta a todos como se siente) pero me llevará a no controlar mis acciones, a ser demasiado impulsivo y a que mi parte racional no esté presente en ningún momento lo que puede llevar a consecuencias negativas en mi vida. Lo mismo pasa con la tristeza, si a mí me sucede algo, pierdo algo material o personal lo normal es que esté triste aunque lo consideremos una emoción negativa pero nos ayuda a recomponernos de esa pérdida; ahora bien, si ésta perdura en el tiempo y por ejemplo, tenemos el mismo sentimiento de pérdida tras un año de la misma estaríamos nuevamente ante una emoción desadaptativa porque realmente no nos está aportando ya nada y sí está generando malestar excesivo en nosotros.
Un amplio tema a debatir el mundo de las emociones como podéis comprobar, por lo que os animo a que trabajéis en esta línea de reconocimiento emocional con vuestros hijos y dos películas muy recomendadas: “Del revés” para ayudar a los más peques a entender mejor las emociones porque se les puede personificar y la famosa “Frozen” como ejemplo de represión emocional y las consecuencias de las mismas.


Para dudas o consultas o si crees que tienes algo interesante que contar y quieres que te haga una entrevista puedes escribirme a miarcoirisguerrero@gmail.com y no dudes en seguirme en mi instagram (@mi_arcoiris_guerrero)

0 comentarios:

Publicar un comentario