lunes, 12 de marzo de 2018

Una guerrera que tuvo que alzar su vuelo

La mayoría de las veces os hablo de pequeños ángeles que se van demasiado pronto, durante el embarazo de sus mamas, pero la historia de hoy es un poco diferente... Kayla dejó a sus papás cuando tenía 4 meses, una preciosa niña que luchó con todas sus fuerzas hasta que su cuerpecito no pudo más pero que desde el cielo mandará mucho amor a sus padres y estará orgullosa por la familia que tiene.
Hoy os cuento la historia de Kayla y su mama Katty y os dejo un poema que he visto en su instagram y me ha parecido precioso y que describe muy bien sus propios sentimientos. Os recuerdo que si vosotros también queréis compartir vuestra historia podéis escribirme a miarcoirisguerrero@gmail.com

"Me quedé embarazada con 19 años, lo sé, demasiado joven, pero aún así para mí fue el mejor regalo del mundo, de hecho me enteré el mismo día de Reyes cuando estaba ya de dos meses. Tuve un embarazo muy bueno, intentaba andar mucho por eso que dicen que es bueno para la mamá y el bebé y todas las ecografías que me hicieron, todos los controles estaban bien, no había ninguna anomalía y en principio mi bebé nacería sana y según lo esperado.
Cuando me puse de parto estaba paseando al perro, tuve las primeras contracciones que aunque dolorosas las recuerdo más llevaderas que el parto en sí. Llegué al hospital a las 2.30 de la madrugada cuando ya estaba dilatada 8 cm y el 7 de Septiembre a las 12.00 nació mi preciosa Kayla, una niña sana y sin ningún problema, pero al mes y medio le diagnosticaron artrogriposis, una enfermedad considerada rara porque afecta a uno de cada 10000 nacimientos.
Esta enfermedad aunque ya se da durante el embarazo es difícil de diagnosticar a través de las ecografías y se hace tras el nacimiento del bebe y consiste en la presencia de contracturas fundamentalmente en las extremidades inferiores y superiores, y da la sensación constante de tensión en el bebé. Aunque ningún padre desea que su hijo tenga problemas, en el caso de Kayla era leve, sólo le afectó a los pies por lo que tenía que llevar yeso en ambos y hacer rehabilitación para evitar la atrofia de los músculos. También tuvieron que ponerle una sonda nasogástrica porque no podía comer bien, lo que en un principio pensamos que era debido a su enfermedad, sin embargo, el 9 de enero nos llamaron del hospital para darnos los resultados de una ecografía que le habían hecho: el diagnóstico, hernia diafragmática; Kayla tenía una abertura entre el pecho y el abdomen lo que puede provocar problemas respiratorios, por lo que tenían que operarla en Palma de Mallorca (nosotros vivimos en Ibiza).
El jueves 11 de enero fuimos al hospital donde estuvo ingresada dos semanas mientras hacía lo que un bebé de 4 meses hace...reía, se giraba, hacía pucheros, veía la tele... le encantaba ver Bob Esponja y Mickey Mouse...el 25 de enero iban a operarla, pero el 24 a las cuatro de la tarde todo cambió y se estropeó.
Yo estaba sola, mi pareja estaba en Ibiza que llegaba al día siguiente a las siete de la tarde, y me encontraba con una enfermera en la habitación porque mi hija había estado más fatigada ese día y estaban arreglándola la máquina de oxígeno. Mi hija estaba más decaída, un poco más apática y parada y aunque se lo comenté a las enfermeras no le dieron mayor importancia, a pesar de que yo sabía que algo no estaba bien porque llevaba todo el día sin hacer de las suyas. Empezó a lloriquear por lo que la cogí y la dormí. Se tranquilizó por lo que la dejé en la cuna, pero no habían pasado ni cinco minutos cuando vi que mi hija no se movía absolutamente nada. Se lo comenté a la enfermera y rápidamente llamó a sus compañeras.
Me sacaron de la habitación y fue cuando entraron cuatro enfermeras. Tuvieron que llamar a los de la UCI por lo que me dejaron pasar a ver a mi pequeña, todo ello yo llorando y sintiéndome impotente e indefensa. Estaba sola y nadie en quien apoyarme en ese momento...Me sacaron de nuevo al pasillo y se llevaron a mi pequeña Kayla a la Uci neonatal, pero antes me dijeron que había sufrido una parada cardio respiratoria mientras dormía. Estuve esperando 10 minutos, los más largos de toda mi vida hasta que la pediatra salio a decirme que llevaban intentando reanimarla durante 45 minutos y que si sobrevivía quedaría con muchas secuelas... pero aún así siguieron intentándolo un poco más hasta que la doctora salió llorando y diciéndome que aunque habían hecho todo lo posible Kayla se había ido a las cinco y media de la tarde. Cuando me lo dijeron empecé a gritar y a pedirles, a exigirles que hicieran todo lo posible por recuperar a mi hija... Me llevaron donde estaba ella aunque a mí me costó porque no quería verla así, si la veía sería verdad...
La tuve en brazos durante dos horas, dos largas horas donde lloré muchísimo. Parecía que estaba dormida, tranquila sólo que más pálida, y su melena, su cabecita, aún conservaba su olor. Su padre, aunque no estaba allí estaba informado de todo pero no se creía que su primera hija hubiese fallecido... estaba empeñado en hacerle la respiración, en reanimarla cuando él llegase... tuvo que ser una de sus hermanas quien le hiciese ver la realidad.
Palma de Mallorca para mí guarda esos recuerdos agridulces. Habíamos estado en Navidad tres días de vacaciones, se hizo sus primeros pendientes, todo le llamaba la atención... era un recuerdo feliz, y ahora tenía que enfrentarme a ese sitio como el más horrible de mi vida, donde mi hija se fue, nos dejó.
Decidimos incinerarla, no quería que estuviera en una tumba y sola. Ahora la tengo conmigo en casa, a nuestro lado. No hay día que no la extrañe y la eche en falta. La extraño con todo mi ser, daría lo poco que tengo por volver a ver a mi preciosa hija que tanto amor y fuerza me demostró que tenía.
Donde quiera que te encuentres mi querida Kayla, mamá te extraña y te ama con locura.
Yo también soy mamá en el cielo."


Puedes llorar porque se ha ido, o puedes sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva,
o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;
tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puedes estar lleno del amor que compartiste.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a él le gustaría:
sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.





Podéis seguir la historia de mi guerrera y nuestro día a día en mi instagram y para contar vuestra historia escribidme a miarcoirisguerrero@gmail.com

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