domingo, 8 de abril de 2018

¿Qué hacemos cuando mamá se satura?

¿Cuántas de vosotras deseabais tener hijos? Recuerdo cuando era pequeña que todas decían que querían ser mamas y yo no quería hijos, ni loca, recuerdo preguntarle a mi madre si me pasaba algo raro y ella, tan sabía me dijo que ese momento ya llegaría y así fue. Hace tiempo que sabía que quería ser madre, y quizás cuando nos dijeron de forma tajante que no podríamos de ninguna forma posible, las ganas aumentaron. Afortunadamente lo conseguí, aunque no de la manera que me hubiese gustado pero sí puedo disfrutar de mi pequeña Daniella, que aunque la adoro y la quiero con locura, que me encanta pasar tiempo con ella a veces también necesito oxígenarme, tener tiempo para mí sola como hacía antes de que nacieran. Soy consciente que no voy a poder disfrutar de la misma cantidad pero necesito desconectar del trabajo de madre, porque sí, es un trabajo más que llevamos las mujeres. 
En mi caso no trabajo porque tengo una reducción de jornada especial por la prematuridad de Daniella y a esto se le unen las restricciones que hemos tenido al menos hasta ahora para prevenir posibles enfermedades... el resumen de mi día era jugar con Daniella, un breve rato para comer (porque durante el día apenas duerme) y salir de paseo siempre las dos solas porque no podía juntarse con niños. A esta coctelera hay que añadir el estrés y cansancio emocional de haber pasado tres meses en la UCIN y el dolor de enfrentarme al fallecimiento de mi hijo... el resultado es un cóctel  de ansiedad con tintes de ira ocasional y tristeza reprimida. ¿Me pasa sólo a mí? Para nada, muchas madres me hablan de esa necesidad de tener un huequito al día o a la semana para ellas mismas, porque acaban con niveles altos de estrés, ansiedad o incluso algunas con rasgos de depresión y culpabilidad por sentirse así, por eso hoy os dejo unas breves recomendaciones para que intentéis encontrar vuestro espacio nuevamente aunque todas sabemos lo difícil que es:
  • No caigas en el bucle de negatividad: cuando nos encontramos tan estresadas nos agotamos emocionalmente y al final nos dejamos llevar por la corriente emocional, es decir, que seguimos cayendo en el pozo negro, para evitarlo hay que sacar esa fuerza de voluntad que aún tenemos y trabajar en nuestras conductas, buscar acciones que nos motiven y nos gusten: leer un libro, hablar por teléfono con una amiga... esto hará que nuestro cerebro descanse de la negatividad acumulada y vaya trasnformándolo en emociones más positivas o adaptativas para nosotros.
  • Haz deporte, de la forma que sea no necesitas apuntarte a un gimnasio. Por ejemplo, si tienes un bebé que está aún en el carro en el momento de paseo, ponte tus mejores deportivas y anda rapidito esto ayudará a que liberes endorfinas que harán que te sientas algo más contenta (las endorfinas se llaman comunmente las hormonas de la felicidad)
  • Busca vídeos de técnicas de relajación en youtube, te ayudarán a bajar la ansiedad y nervios acumulados durante el día.
  • Pide ayuda: muchas veces nos negamos a que nos ayuden los padres de las criaturas o los abuelos o alguien cercano pensando que deberíamos ser capaces de llegar a todo. No pasa nada porque alguna vez se ocupen de ellos, somos humanas y también nos cansamos.

Inténtalo y me cuentas pero recuerda, sólo hay una madre perfecta y esa eres tú para tus hijos, no llegarás a todo pero lo harás lo mejor que puedas y sepas y lo verás reflejado en sus sonrisas siempre. Tendrás momentos de encontrarte mal emocionalmente, no pasa nada, es normal no significa que seas mala madre sino que necesitas volver a recordar que además de ser madre, eres mujer. Lo estás haciendo muy bien.
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