lunes, 4 de junio de 2018

El arcoiris después de la tormenta

Hoy Judit puede decir orgullosa que es una mamá en la tierra, pero por desgracia también es una mamá en el cielo, y ella, como en mi caso ha tenido que escuchar como menospreciaban a su ángel únicamente por tener ya a su segundo hijo entre sus brazos. El relato de esta mamá en el cielo no sólo busca visibilizar el duelo que tantas veces vemos ignorado, sino también que se entienda que un hijo no sustituye otro, y que los llevamos siempre en nuestro corazón ya que por desgracia no podemos llevarlos en nuestros brazos.
Recordaros que podéis escribir vuestra historia para compartir escribiéndome a miarcoirisguerrero@gmail.com:

Hace dos años mi vida se derrumbó a pesar de tener todo lo que muchos desearían: dinero, amor... pero yo me sentía vacía porque acababa de perder a mi primer hijo cuando estaba embarazada de 20 semanas. 
Todo parecía que iba estupendamente, estaba en una nube y los meses pasaban mientras mi barriga crecía. Estaba ilusionada, pensando en como cambiaría mi vida con la llegada del bebé, emocionada y con algo de miedo por lo desconocido pero como todas las futuras mamas no veía el momento de tener a mi pequeño entre mis brazos... hasta que de repente todo cambió, todo se torció y mi mundo se puso una vez más del revés pero esta vez no iba a ser tan alegre como la primera.
El 8 de Diciembre de 2015 ingresé en el hospital dilatada de 2cm, fue un auténtico jarro de agua fría, me bloqueé... me hicieron pruebas, entré en quirófano para hcerme un cerclaje y así intentar frenar esa dilatación, mandé toda mi energía positiva esperando y deseando que todo siguiera bien... pero no fue así.
El 9 de Diciembre, 24 horas después de mi intervención, entraron dos ginecólogas y alguna enfermera para informarme de mi verdadera situación. Después de confirmar que recordaba lo que había sucedido los días pasados me dieron la peor noticia que podía imaginar: habían llegado los resultados de la amniocentésis que me habían hecho el día anterior y el laboratorio les había confirmado que tenía infección. Tenían que quitarme el cerclaje que me habían puesto e interrumpir el embarazo. En ese momento no era consciente de lo que estaba sucediendo, me quedé bloqueada, no entendía como se terminaba en ese momento, a las 20 semanas. ¿Por qué él? ¿por qué nosostros? Quería huir, no quería vivir eso. Un parto que significa un adiós, hasta nunca, hasta aquí hemos llegado...¿qué había hecho yo para merecer esto? y lo peor, ¿qué había hecho mi bebé para no tener derecho a vivir? Él no se merecía eso... mi vida se derrumbó por segundos, me quería morir...
La experiencia del parto que yo había pensando mil veces como algo mágico, el momento en el que supuestamente ves a tu bebé y cambia todo... en resumen, el inicio de una nueva vida para mí realmente fue el peor momento de mi vida porque conmigo, aún estaba con vida, pero al separarnos se terminó todo, como si fuera un sueño, ¿y luego qué? ¿mi vida volverá a ser la misma? Las horas siguientes al parto entre en un estado de relativa calma pensando que ya estaba todo y que sería mejor para él así porque dentro no estaba bien, la vida sigue...me imagino que en esos momentos el cuerpo y la mente se protegen.
Después de tres días en el hospital me sentía vacía, sin saber qué hacer ni como vivir a partir de ese momento, los últimos 5 meses anteriores todo era ilusión, familia, planes de futuro...¿y ahora tenía que olvidarme de todo eso?¿volver a lo de antes como si nada hubiera pasado? imposible.
Después de eso sólo recuerdo el dolor que sentía, fue una época muy dura que no ayudaba nada los comentarios que la gente me decía como que no pasaba nada, todo iba a seguir, als cosas pasan por algo, eres joven... palabras que se clavaban como astillas en la piel que cada vez dolían más y más... y después de todo esto, sales a la luz del día, del sol, de la vida, como si volvieras a nacer pero con el corazón hecha pedazos...


Fue una época muy dura, podría decir que la peor de mi vida con diferencia, pero a la vez me hizo aprender y crecer muchísimo como persona.
Al año me quedé embarazada, pero sabía que iba a ser muy difícil, partía de una pérdida, un embarazo de riesgo, meses de reposo sin poder ver la luz del sol, una pausa en mi vida donde no podría hacer prácticamente nada... incluso tenía que pasar por quirofano, otra vez, pero lo conseguí, conseguó ver el arcoiris después de la tormenta.
Por esto hoy estoy aquí, para dar esperanzas a quien lo esté pasando mal como yo en su día, quien esté a punto de rendirse, quien no vea salidas...
Porque el miedo hay que comérselo, hay que luchar, hay que ir a por todas, no rendirse, caer y levantarse las veces que hagan falta, porque así uno consigue hasta lo que creía imposible.


Agradecer nuevamente a Judit su testimonio que espero pueda ayudar a otras mamas que han pasado por esta situación y recordar que podéis contar vuestra historia escribiéndome a miarcoirisguerrero@gmail.com

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