domingo, 15 de septiembre de 2019

Madre adolescente


Hoy os traigo una nueva historia de superación, pero en este caso se trata de una mamá joven, una mamá muy joven que se quedó embarazada de forma inesperada pero que desde entonces su mundo gira entorno a su pequeña. Un debate social interesante, el embarazo adolescente contado desde la perspectiva de Jennifer (que podéis seguir en @srta_reyes_ ). Si tú también crees que tienes una historia que merece ser contada, escríbeme a @mi_arcoiris_guerrero
            Me quedé embarazada con 14 años, aunque me enteré unos meses después de cumplir los 15. Obviamente no lo buscaba pero me hizo ilusión saberlo y tanto mi pareja (con quien llevaba dos años y pico) como yo decidimos seguir adelante con el embarazo. Tengo que reconocer que en un primer momento me sentí abrumada, sobre todo porque no sabía cómo iban a reaccionar mis abuelos y mi tía, las personas más importantes para mí, pero tanto en esos momentos como durante el embarazo y la maternidad, el tener a mi pareja apoyándome desde el minuto uno ha sido un gran alivio y apoyo para mí

            A la familia no se lo conté como cabría esperar, todos sentados y con cara de circunstancia… a mi padre no se lo dije, no nos llevamos especialmente bien y hacía tiempo que no le veía y a mi madre se lo contó mi pareja tranquilizándola y haciéndole saber que iba a encargarse y hacerse responsable del bebé y para mi sorpresa ella no reaccionó nada mal. A mi suegra debo reconocer que le sentó peor, coincidíamos con el periodo y al preguntarme le enseñé directamente el test positivo, no supo cómo reaccionar aunque poco a poco se fue haciendo a la idea y aceptándolo.
            Con respecto a los amigos… la verdad es que al principio no se lo creían tampoco y se pensaban que estaba loca por seguir adelante con esta aventura. Durante el embarazo se preocuparon por mis ecografías pero la verdad, al final poco a poco se fueron distanciando, supongo que los intereses comunes cambiaron. Es ahora cuando he conseguido retomar relación con una de ellas.
           
Tuve un embarazo normal, con síntomas típicos de los primeros meses (vómitos, náuseas, algún mareo…) pero llevaderos, y quizás lo más duro y complicado fue compaginar mis estudios con mi embarazo. Yo me encontraba repitiendo segundo, y mis compañeros no entendían que tenían que cuidar sus movimientos estando yo cerca porque podía ser peligroso para mí: tiraban mochilas, libros… intenté hablar con jefatura cuando ya estaba de 6 meses para dejarlo, pero no me lo permitieron porque aún no había cumplido los 16 años por lo que estuve yendo a clase una vez a la semana que es lo que me exigían hasta que a los 7 meses, preocupada decidí dejar de ir al instituto. Paralelamente, me mudé a casa de mi pareja y su familia y aunque no me costó adaptarme sí noté que mi mentalidad cambió por completo, pasé de pensar sólo en mí a pensar en mi hija y lo que pudiera necesitar…porque sí, ¡era una niña! Y aún recuerdo la ecografía definitiva donde nos lo confirmaron y la ilusión que nos hizo a todos porque ¡estábamos deseando tener una pequeña en casa!
            En las revisiones iba todo perfecto, pero llegó la semana 41… y Esther, mi bebé, ¡no quería salir! Salía de cuentas el 24 de Abril de 2018 pero yo ni dilataba, ni rompía la bolsa, ni tenía contracciones…nada, así que en la revisión del 30 de Abril me dieron cita para provocación.
            El 1 de Mayo comenzó todo, me pasaron a monitores pero no tenía ninguna contracción, por lo que me pusieron una especie de tirita en la vagina con un gel para empezar a dilatar un poco y en ese momento sí empezaron las contracciones que aunque dolían se aguantaban. Continúe así y la matrona iba visitándome para ver cómo iba dilatando, y en una de las visitas le pedí por favor que me la sacaran ya que no aguantaba ese dolor. Estaba de sólo 2cm… así que me propusieron poner la epidural, y bendita la hora, me pararon el dolor e incluso me quedé dormida un rato. Cuando me desperté ya sentí las ganas de empujar, y en la madrugada del 2 de Mayo, tras media hora más o menos nació lo más bonito del mundo. Yo estaba muy feliz y fue algo fácil, ni me desgarré mi tuvieron que darme puntos.

            El próximo 2 de Octubre mi hija hará 17 meses, han sido 17 meses llenos de amor y pasión y deseo que así siga siendo. Y es cierto que en este tiempo he tenido que madurar, quizás más rápido de lo que esperaba, porque esto no es un juego ya no consiste en ir donde queríamos nosotros sino que hay que estar pendiente del bebé, darle de comer a su hora, cambiarle el pañal… yo por ejemplo ¡no había cambiado un pañal en mi vida! Reconozco que no es un camino fácil, sobre todo por lo juzgada que te sientes, probablemente en general, pero en mi caso al vivir en un pueblo pequeño las cosas se saben antes y me han llegado a decir que sería mala madre porque era muy pequeña y me creía que era un juguete la niña. A toda esa gente le querría decir que yo cuido de mi hija perfectamente a día de hoy, por las mañanas trabajo gracias a mi suegra que se puede quedar con su nieta, y por las tardes se las dedico en exclusiva a ella: merienda, juego, baño… Es cierto que al principio no se sabe que hacer, pero como nos ocurre a todas porque ninguna mujer nace sabiendo y de todo se sale, a veces más rápido, a veces más despacio pero se consigo. Por último, quiero aprovechar para decir que estoy orgullosa de ser madre y que no hay que juzgare tanto la situación de los demás pues tú como padre/madre no puedes asegurar de forma tajante que el día de mañana no te ocurrirá y si normalizamos estas situaciones podremos facilitar la vida a las madres adolescentes como yo.

 Gracias por compartir tu experiencia y como siempre podéis seguir nuestra historia en nuestro instagram (@mi_arcoiris_guerrero) y si tenéis alguna historia que queráis compartir podéis escribirme al mail miarcoirisguerrero@gmail.com

0 comentarios:

Publicar un comentario